jueves, 28 de mayo de 2009

CINE Y PEDAGOGIA


El cine desde sus orígenes ha tenido una vocación didáctica y moralizante, más que una función lúdica. Desde sus inicios, no solamente los directores así lo entendieron, sino que numerosos colectivos fundaron productoras y salas de proyección para exponer sus puntos de vista a través del cine. La propia revolución rusa, que coincide con los primeros pasos del cine, dedico un gran esfuerzo a la elaboración de propaganda desde este soporte.

Por todo ello no es s
orprendente que desde hace decenios el cine ha sido utilizado como recurso didáctico para mostrar y ejemplificar las más diversas hechos geográficos, históricos y sociales, sobre todo a partir de que se pude reconstruir el pasado “recreándolo” y dándole así verisimilitud.

Pero no es necesario que la película tenga como objetivo desarrollar un cierto contenido Histórico, Etico o Filosófico, sino que cualquier película se sitúa ella misma en un escenario espacial y temporal que a su vez evoca marcos espaciales y temporales concretos desde las cosmovisiones y percepciones de una sociedad, una cultura o un autor determinado. En este sentido la multiplicidad de variables que ofrece el cine como objeto didáctico son extraordinarias.

Si bien, como parece lógico, habría determinados filmes más adecuados para tratar una temática que otros. El cine establece marcos referenciales de sociedades, épocas y teorías dándonos información que desde otros parámetros sería costoso recrear. Así mismo, cuenta con la ventaja de que en sus cien años de existencia y gracias a ese aspecto educativo que le caracteriza, ha ejercido una función sorprendente en cuanto a la educación en la lectura de imágenes y todo el mundo, en principio, está capacitado para leerlo, bien sea a un nivel u otro, a pesar de las diferencias culturales.

Muchos son los niveles de utilización del cine como recurso. Desde la lectura lineal de la historia hasta la lectura estilística del montaje o la adopción de perspectivas mas complejas con preguntas como: ¿Desde donde se narra?, ¿Que es lo que se registra?, ¿Que es lo que se oculta y por que?, ¿Que ordenación se da a la narración?, ¿Que expectativas se están proponiendo desde esta operación de montaje? Si concebimos el cine como un espejo, no debemos olvidar que refleja lo que enfoca la cámara.

Para ejemplificar lo que queremos decir podemos situarnos en un ejemplo modélico, aun
que extremo, recordemos el montaje documental El triunfo de la voluntad (Leni Riefenstahl, 1935), paradigma del cine nazi. La película es a todas luces un excelente retrato visual sobre la época de esplendor nazi pero no tan solo por lo que sale en escena sino como, a través del montaje, se presentan los acontecimientos a los ojos del espectador. La imagen de impermeabilidad sostiene una visión propagandística de lo germánico que hiela la sangre a la luz de lo que los acontecimientos posteriores irán aportando como significantes implícitos depositados nada inocentemente en la película de Riefenstahl. Y también los noticiarios, los No-Do de tantos países. Al margen del cine en sus múltiples dimensiones: ¿Para que se puede utilizar el cine como recurso didáctico?. La pregunta puede parecer retórica, pero no lo es en la medida que muchos profesionales están utilizando el cine en concreto y el vídeo en general de una forma acrítica. Así podríamos establecer como algunas de las funciones que puede realizar el cine como:

1. Motivar
2. Ejemplificar
3. Desarrollar o sustituir a otros elementos.
4. Como conclusión


Estas funciones que hemos señalado tienen que ver con las perspectivas de la utilización del cine como recurso educativo, si bien podríamos encontrarlas en proporciones distintas en cada una de ellas.

Creemos que se pueden adoptar tres perspectivas, cada una de ellas legítima, a la hora de la utilización del cine como recurso didáctico. Es, por otra parte, obvio que la opción por la que nos decidamos determina los resultados. Estas formas de entender el cine podrían ser denominadas:

1. El cine como disculpa o ejemplificación.
2. El cine como discurso.
3. El cine como entidad propia.

1.- El cine como disculpa o ejemplificación.

Denominamos a esta forma de enfocar el cine como recurso en la educación dado que este es tomado como un detalle. La función que desarrolla es simplemente ilustrar con imágenes y dialogo de forma muy concreta una determinada idea o hecho. En este caso elegiremos secuencias de películas con una duración escasa por debajo de los cinco minutos y la utilización didáctica puede ser en dos direcciones: como disculpa o como ejemplificación. Como ejemplificación utilizaremos la escena como ilustración de una determinada explicación. Por ejemplo una secuencia de Espartaco para mostrar como era la estructura de las legiones romanas o la secuencia de la Vida de Braian (Monty Piton) de los profetas en Jerusalén para mostrar un ambiente mesiánico. En la otra dirección sería mostrar una secuencia de imágenes de películas y plantear al alumno que determine o extraiga las características por si mismo.

En este sentido los recursos son ilimitados y dependen de nuestra cultura cinematográfica y de adoptar una perspectiva casi puntillista a la hora de ver los filmes. En este sentido, la película pierde su entidad y el elemento elegido funciona como un documental o un ejemplo de escasa duración.

2.- El cine como discurso.

La perspectiva adoptada desde este punto de vista es más amplia que la anterior, desde el punto de vista fílmico. También consiste en una desmembración de la unidad fílmica, pero esta vez manteniendo una unidad de discurso superior a la sucesión de imágenes. Si se tratara de un texto podríamos decir que mientas la visión anterior se mueve en el plano de la frase, la actual se mueve en la del párrafo. En este sentido se tata de mantener una unidad discursiva dividiendo la película por sus "junturas naturales".

3.- El cine como entidad propia.

Desde esta perspectiva y siguiendo con la imagen anterior del cine como texto tendríamos que considera a una película como un todo como una obra y de esta forma analizaríamos los contrastes y tiempos discursivos, así como la unidad de la obra en su conjunto. Desde este punto de vista obras como la de "Salvar al soldado Rayan" (Spielberg, 1998) podría ser analizada como una película en la que las partes contienen mensajes que podrían ser considerados pacifistas y tomada en su conjunto es un alegato militarista y patriotero, en la que convierte la paradoja del título del argumento, una misión en la que la misión es el hombre, en un elemento decisivo mas para ganar la guerra. O en sentido contrario, como desde un discurso general de simpatía por los indios en "Bailando con lobos" (Kevin Costner, 1990) se van construyendo mensajes parciales cargados de visiones racistas y segregacionistas.

Sin embargo, el cine no queda agotado en este elemento didáctico que hemos brevemente reseñado. El cine tiene en si un componente que va más allá de las aproximaciones que podemos realizar, es el límite del que habla Eugenio Trias o simplemente el arte, desde una terminología más manida.



FUENTE: www.revistadefilosofia.com

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