viernes, 29 de mayo de 2009

"LA DUDA"



La duda no es, una denuncia sobre la intolerancia proverbial de la Iglesia católica, ni tampoco, estrictamente hablando, sobre los abusos sexuales cometidos por clérigos encubiertos por una alta jerarquía eclesiástica. Es algo mucho más complejo y más interesante. La obra teatral homónima de John Patrick Shanley, que él mismo dirige hoy y adapta a la pantalla, sitúa su acción en 1964, en la parroquia de San Nicolás, en el Bronx neoyorkino, justo en el momento de la más intensa discusión generada entre los feligreses por las posturas progresistas del segundo Concilio Ecuménico Vaticano.

Características de los personajes:

¯ Directora Hermana Aloysius
Es una persona de extremada rigidez y de caracteres severos, se aprecia que es amante de las normas y reglas de la escuela y de aquellas que pertenecen a la iglesia, persona calculadora y astuta incapacidad de vacilación y duda, defensa habituada en la disciplina y el orden moral, se concentra en la frialdad.

Su forma de enseñanza es ante todo de mucha disciplina y no permite que los alumnos se distraigan, ya sea por el miedo que le tienen o los castigos que les pueda imponer, es tan fuerte su presencia que los alumnos tratan de mantenerse inmóviles en cuanto ella pasa. Trata de seguir el uso tradicionalista de enseñar y ve las nuevas ideologías como meras farsas que van en contra de la ley de Dios.

Ella mantiene una desconfianza radical sobre lo humano, porque ella cree en una verdad absoluta y lo demás es pecado para ella, para la directora, cada quien es responsable de sus actos.

¯ Padre Flinn
Se ve que tiene un carácter bonachón y de buen samaritano, ayuda a los más necesitados, como la política que la iglesia exige. Al parecer tiene una nueva visión en cuanto a las expectativas de unir a los feligreses con la iglesia y que se vea lo que se trabaja en ella, es por eso que dice que esta bien si uno tiene dudas y entre humanos se deben ayudar a soportar esa carga.

En cuanto a la forma de enseñanza, él busca que los alumnos estén en un estado de más amabilidad para fomentar una buena educación, es menos rígido con las normas de la escuela pero dentro de un ambiente de respeto e igualdad.

El problema de él surge cuando la monja lo acusa de pederasta contra un alumno negro, porque al parecer lo sobreprotege por ser el primer “niño de que color” que estudia en una institución católica para “niños blancos” y es acusado por la Herman James de ver que guardo una de las camisetas del niño, sin embargo el padre perjura de que es mentira lo que afirma ella, porque lo que el busca es solo ayudar, pero se ve que las acciones e intenciones del padre van por otro lado.

¯ Hermana James
Es una persona que es toda ternura y porque se compadece mucho del otro, y suele ser muy influenciable. En su debilidad está su fortaleza: como el buen samaritano, se acerca a quién necesita apoyo, una palabra o un gesto de ternura. Pero su debilidad es muy fuerte: es testigo de que el cura llama a la rectoría al chico, de que éste vuelve conmovido, y de que el cura guarda la camiseta del chico en el ropero de aquél. Lo que ve la abruma, y se quiere sacar ese peso de encima. Se lo hace saber a la Directora no sólo por obediencia sino para transferirle la carga de la responsabilidad.

Es interesante ver que la Hermana esté instalada en las certezas de la fe, en el plano dogmático, pero con el optimismo sobre la condición humana en el plano existencial.

Su forma de enseñar es plana, dirige la clase conforme lo dice en los libros sin ideas que complementen la clase. Los alumnos no le hacen mucho caso por el hecho de que no se ve que tenga autoridad sobre ellos, y la Hermana no los puede controlar.

¯ Los niños
Donald Miller: Es un niño de raza afroamericana, y que al parecer tiene preferencia homosexuales, es el monaguillo preferido del padre, y es molestado constantemente por sus compañeros. Frecuenta al Padre Flinn por el hecho de que le brinda un poco “cariño” y amabilidad que no ve en otras personas.

Jimmy Hurley: Es un niño travieso, que se revela en contra de las normas escolares, además molesta a Donald por cu color de piel. Él trata de que le hagan caso los maestros y mejoren las condiciones de la escuela que es por eso su rebeldía.

¯ ¿Cuál es la filosofía educativa de la escuela?
Se aprecia que la escuela era de modelo tradicionalista donde estaba a cargo de órdenes religiosas, teniendo como finalidad alejar a la juventud de los problemas propios de la época y de la edad. Se consideraba a los jóvenes como propensos a la tentación, débiles y con atracción por el mal, por lo tanto, se consideraba necesario aislarlos del mundo externo (en la película se ve la fachada de la escuela con altas paredes grisáceas) ya que éste es temido como fuente de tentaciones. Se les enseñaba verdades universales que no admiten discusión; sus principales metas: los ideales de la antigüedad; tenían un método competitivo, jerarquizado y organizado; actitud de obediencia; el método que es usado por el maestro es la exposición; la función del alumno se caracteriza por la repetición y memorización y el maestro sigue siendo el centro de atención y el modelo a seguir.

¯ Conclusión:
Esta es una historia que trata de buscar la verdad sin importar las consecuencias que pueda generar; las fuerzas del cambio no siempre son entendidas y menos aún en un contexto tan rígido, el mentir para salvaguardar alguna cosa puede ser peligroso hasta el punto de que se puedan destruir las vidas de las personas imponiendo una justicia ciega guiada por crueles convicciones morales. No acusar deliberadamente sin tener las pruebas necesarias y tener cuidado con las palabras que se dicen porque se convierten en afirmativas realidades.

Fuente: La Duda (Doubt, Estados Unidos, 2008). Dirección y guión: John Patrick Stanley. Fotografía: Roger Deakins. Música: Howard Shore. Con: Meryl Streep, Philip Seymour Hoffman, Amy Adams, Viola Davis.

Crítica a los Reality Shows

"REALITY SHOWS"

Hoy por hoy, cuando los mexicanos hablamos de televisión nos referimos a los llamados reality shows. Ya no nos preguntamos sobre la suerte de Catalina Creel en Cuna de lobos, ni nos preocupa quién le disparó a J. R. en Dallas. Mucho menos nos impacta la recapitulación de los mejores chistes de Derbez en cuando.Big Brother: El complot y de cómo van las votaciones en La Academia. En vez de esto, discutimos sobre quiénes fueron los recientes nominados en

La curiosidad del público con estos programas se refleja en el número de producciones que proliferan en el mundo. Según John De Mol, presidente ejecutivo del consorcio Endemol, su productora realizó en 2001 aproximadamente 400 series. Actualmente, el concepto Big Brother se transmite en 10 países. En algunos, como Alemania, Holanda y España, ya va por su cuarta versión.

México no se queda atrás. Las dos principales empresas televisivas del país, Televisa y Televisión Azteca, realizaron en 2002 seis producciones de este corte: Big Brother, Big Brother VIP, Operación Triunfo, Pop Stars, La Academia y La Academia 2a. generación. En lo que va del presente año ya se han producido cinco más: Código Fama, Big Brother: El complot, El conquistador del fin del mundo, La pesera del amor y Desafío de estrellas.

Queda claro que estamos en la era de los reality shows. Pero, ¿realmente vemos nacer un nuevo tipo de programación que saca de la jugada a la comedia y las series dramáticas? ¿O acaso los reality shows son, como muchos de los sitios de Internet, burbujas destinadas a reventar?

El reality show implica, para las cadenas de televisión, un arriesgado modelo de negocio. "Los reality shows son más caros que las telenovelas, aunque éstas obtienen mejores resultados. Los beneficios de una telenovela no son comparables a los de los reality shows porque la comercialización de éstos es exclusivamente nacional y se paga una licencia por ellos. Por el contrario, la telenovela tiene una venta internacional que llega a más de 100 países dependiendo del éxito del producto", comenta Chucho Gallegos, experimentado periodista y editor ejecutivo de revistas de espectáculos.

A pesar de esto, los ejecutivos de las empresas Endemol y Nostromo Producciones siguen apostando por estos programas. "Estamos viviendo apenas lo primero de este género. Los reality shows poco a poco tendrán que ir encontrando su mercado, su lugar, su horario; estos programas irán cambiando conforme a lo que el público vaya pidiendo", dice Iván Aranda, productor creativo de varios programas de este corte en Televisa.

Los nuevos proyectos tienen una visión de corto plazo, a diferencia de lo que se hacía en otras épocas. Antes de que estos programas aparecieran, las cadenas mexicanas habían conseguido éxito y reconocimiento con telenovelas, programas de concurso, series cómicas y programas musicales. La comodidad solía ser la fórmula para obtener el éxito. Las personas veían la televisión en sus hogares y, mientras, se podían quitar los zapatos. El público quería entretenimiento y distracción, pero la familiaridad era una virtud esencial. Los personajes que tenían éxito eran los de series cómicas como Doctor Cándido Pérez, ¡Cachún Cachún, ra, ra! o La criada bien criada; personas con quien la audiencia podía pasar no sólo una semana tras otra, sino un año tras otro.

Hoy los televidentes tienen más opciones. Hay sistemas de televisión que ofrecen más de 100 canales, a lo que hay que sumar los videos, DVD, videojuegos y el Internet. Las audiencias se han diseminado, y en su lucha por reunirlas, las cadenas descubrieron que lo mejor son eventos como la Copa Mundial de Futbol o la Serie Mundial de Beisbol, ligados a una intensa publicidad y promoción.

Los reality shows como Big Brother, La Academia o El conquistador del fin del mundo cumplen este requisito al pie de la letra. Sin embargo, el éxito del primer reality show implicó además descubrir una nueva clase de espectador.

"El primer Big Brother fue un parteaguas, ya que en México no existía el género como tal. Nadie lo había explotado, y por si fuera poco, tuvo una promoción adicional a la que nosotros generamos: la crítica y el rechazo total por parte de grupos conservadores. Nosotros creamos a un nuevo público, que de ahí se fue yendo a las diferentes opciones", señala el productor.

Quizá la principal de estas "opciones" fue La Academia, serie realizada por Nostromo Producciones para Televisión Azteca. "Cuando empezó Big Brother en este estilo de los reality shows, les resultó bastante bien. Entonces nosotros hicimos este reality menos individualista y menos temático. Quisimos volver a la historia de Fama, donde los chicos lloraban y se esforzaban", comenta Giorgio Aresu, productor de la serie.

¿Por qué nos gusta ver los reality shows? La respuesta obvia es que a todos los seres humanos nos atrae mirar a los demás. Pero los reality shows están dirigidos a un público que responde a sus propios dilemas. Al parecer a los jóvenes de hoy no saben escuchar, no saben hablar. Van a los "antros", lugar que les es muy agradable porque no tienen que hablar con nadie a causa del ruido. Nos estamos transformando en una cultura audiovisual que no dice nada.

Del otro lado de la pantalla, el de quienes aparecen en los reality shows, la pregunta es: ¿por qué alguien permite que millones de personas lo observen y se metan en su vida, incluso hasta conocer sus intimidades?

A lo mejor es porque no hay joven en el país que no quiera 15 minutos de esa gloria que es la televisión nacional. Con el poder inmenso que ésta tiene, aparecer en ella a diario es un estímulo fundamental.

Hay saturación, falta de esperanza en los jóvenes, que ven representadas ahí muchas de sus ambiciones. Hoy sólo existe lo que pasa por televisión. Los jóvenes que no salen en la tele no existen, y el anonimato les crea tremenda angustia.

Una de las grandes ironías sobre los reality shows es que son irreales. Los productores revisan horas y horas de cinta, siguiendo los hilos y buscando minas de oro que puedan ser explotadas. La edición estructura y aumenta el drama, y la música moldea la respuesta emocional de la audiencia hacia los acontecimientos. Es posible que los momentos clave no se encuentren en un guión, pero es obvio que están preparados.

La historia de la televisión mexicana no es más que una serie de cementerios de fórmulas exitosas que eventualmente se agotaron. En una época no había suficientes programas de vaqueros. Después abundaron los programas policiacos; luego, comedias familiares seguidas de deportes. Hace unos años, los programas musicales abarcaban gran espacio en la televisión mexicana. Esto, a la larga, sació el apetito del público.

Más tarde proliferaron talk shows como Cosas de la vida, Hasta en las mejores familias, Martha Susana, Laura en América y El show de Cristina. Al mismo tiempo, había fuerte competencia para crear programas de concursos como Atínale al precio o Gente con chispa. Este modelo también perdió su furor.

El programa Big Brother nació en Holanda el 16 de septiembre de 1999 y convirtió a la pantalla en un ojo de cerradura a través del cual el público podía espiar la vida ajena.

La televisión mexicana se vio envuelta en la nueva moda. "La televisión tiene que estar en constante renovación. Esta búsqueda ansiosa y exhaustiva la lleva a ser una especie de laboratorio. La televisión, por encima de la radio y el cine, es la que más invierte en proyectos piloto, porque está en búsqueda de programas atractivos, de cosas que puedan ir supliendo. En la televisión, los géneros tienen una vida muy corta", dice Chucho Gallegos.

A pesar de las modas, es probable que las viejas fórmulas de programación no estén muertas en lo más mínimo. Si las televisoras pudieran recordar cómo hacer programas a la vieja usanza --y probablemente lo logren-- entonces los televidentes asiduos reconocerán de nuevo un menú televisivo con un poco de drama, un poco de comedia, un poco de evasión, un poco de realidad. En otras palabras, una televisión que sí se parezca a la realidad.

Claro esta que estos programas han absorbido gran parte de nuestra vida, sin lugar a duda gira entorno nuestro, con este medio masivo ha provocado que realmente nos alejemos de cosas más importantes, como estudiar o ponerles atención a nuestras familias, con estas cosas ¿a dóde irá a parar México?